Los peces dorados tienen, en cuanto a la instalación, mantenimiento y cuidado, exigencias distintas que los peces tropicales. Es aconsejable un acuario grande de más de 100 litros, decorado con arena gruesa y pequeñas piedras. Los peces dorados son nadadores lentos y suelen dañarse con las piedras si éstas presentan alguna zona cortante. El agua debe de estar muy aireada por un difusor de burbujas y bien filtrada, ya que a los peces les encanta hurgar en el fondo y remover todo el sedimento que allí se deposita.